jueves, 11 de noviembre de 2010

La Casa de la Memoria de Huamanquiquia: Ayacucho, 2006-2010

Por Renzo Aroni
En noticiasser http://www.noticiasser.pe/10/11/2010/memoria-y-memoriales/la-casa-de-la-memoria-de-huamanquiquia-ayacucho-2006-2010 Creado 11/10/2010 - 14:28

El 1º de noviembre del 2010, Día de todos los Santos, en el distrito de Huamanquiquia localizado en la provincia de Víctor Fajardo a cinco horas al sur de la ciudad de Ayacucho, sobre los 3,307 m.s.n.m., y encerrado entre dos montañas caprichosamente empinadas: Sunimarca y Kumun Ñahui, desde la torre de la iglesia se escuchó el tintineo penoso de la campana. Lo que provocó que una mujer, con cierto temor, recordara los momentos de su experiencia traumática, cuando los senderistas o los militares ingresaban a Huamanquiquia para convocar a la población a una reunión en la plaza, para luego detener, torturar, asesinar o desaparecer a la gente.


El distrito de Huamanquiquia. Foto de Vicente Cueto. Noviembre, 2010.

Al día siguiente en el Día de los Difuntos, desde muy temprano los familiares de las víctimas y pobladores en general, llegaron al cementerio con coronas de flores, paquetes de velas y con porongos de agua, para conmemorar ritualmente a sus muertos y a sus desaparecidos. La mayoría eran viudas y wakchas (huérfanos), que perdieron a sus seres queridos en los dos acontecimientos más traumáticos ocurridos durante la violencia política: 1) la detención, ejecución extrajudicial de más de 25 campesinos del distrito de Huamanquiquia y de su anexo de Nazareth de Uchu, en la comunidad de Qechahua del distrito de Sarhua, por los militares de la BCS de Pampa-Cangallo, el 16 y 17 de agosto de 1984; y 2) la masacre de 18 campesinos por los miembros del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), el 01 de julio de 1992.

En el centro del cementerio se encontraba plantado un madero esperando a que alguien le ate otro para formar una cruz. Alguien lo hizo. Nolberto Aponte, presidente de los familiares de víctimas de Huamanquiquia, me indicó que aquel lugar del cementerio es el calvario a donde las personas se congregan a rezar, dejar flores y velas. Acuden también a la cruz aquellos que tienen sus muertos en las fosas comunes, ubicadas en parajes abandonados como en la pampa de tunales de la comunidad de Qechahua. Próximamente estas fosas serán exhumadas según la disposición de la Primera Fiscalía Provincial Penal Supra-provincial de Ayacucho.

El hijo de Juana Berrocal Taya se encuentra en una de estas cárcavas clandestinas de Qechahua. Ella dice que por su edad avanzada ya no puede llegar a pie hasta el lugar, por eso cada año viene al calvario a dejar flores y velas. Refiere que años atrás también iba a la Casa de la Memoria, donde estaba la foto de su hijo Celso Chayco Berrocal (15 años), “pero ahora ya no está allí, ¿qué habrá pasado?”, se preguntó. Ella acudió a la Casa hace un año atrás: “voy a ir a ver a mi hijo, allí está pues la foto de mi hijo”, diciendo. Pero sus vecinos le dijeron: “ya no hay nada, está abandonada”. Pero ella de todos modos acudió: “Entonces, he ido. De verdad, ya no había nada. Le habían roto las fotos. Ya no estaba la foto de mi hijo”, refirió con lamento. Por eso ahora ya nadie va, porque está desmantelado, las ventanas tienen agujeros estrellados. Por dentro descansan palos, puertas y repisas de guarda objetos. Signos que denotan, de que allí nunca existió una Casa de la Memoria.

Ayer un lugar de memoria, hoy un lugar de olvido

El 17 de diciembre del 2006 fue inaugurada la Casa de la Memoria de Huamanquiquia, donde participaron los familiares de víctimas de la violencia política y algunas autoridades del municipio. El proyecto denominado “Buscando a nuestros hermanos. Recogiendo la Memoria de Huamanquiquia”, fue una iniciativa de la Asociación de Familias Desplazadas de Huamanquiquia (AFDEH) de Lima y la Asociación Civil Instituto de Diálogo y Propuestas (IDS), con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos Christian Aid. Siendo sus objetivos: a) la formalización de la Asociación Civil AFDEH; b) la elaboración de una lista de víctimas de la violencia política; y c) la implementación de una Casa de la Memoria en el distrito de Huamanquiquia. La inauguración fue en uno de los recintos del Centro Comunal de Servicio Múltiples de Huamanquiquia, situado en la parte más alta del pueblo. Recuerdo que mientras los familiares de víctimas residentes en Huamanquiquia apoyaban el proyecto de los desplazados de AFDEH, participando en la inauguración de la Casa de la Memoria; el resto de la población se encontraba ocupada en la reconstrucción de la Iglesia y en la inauguración del Estadio Municipal, convocada por las autoridades del distrito. Recuerdo también, que en las conversaciones con los familiares, estos veían este lugar de memoria como la “casa de sus almas”, porque allí se encontraban las fotos y prendas de sus seres queridos asesinados o desaparecidos. Pero al mismo tiempo relataban las múltiples secuelas que les había dejado la violencia y por consiguiente, exigían apoyo económico para solventar su supervivencia y la de sus hijos.

Desde su inauguración, la Casa de la Memoria ya era un lugar de conflictos y de poco interés porque no había sentimientos y voluntades compartidas, en gran parte por la población, en un proyecto simbólico a favor de la memoria, que llegó de “afuera”, con los desplazados. Esto tiene que ver mucho con el peso del pasado de la violencia, que ha dejado un legado de conflictos internos, no sólo desarticulando a las familias y a la comunidad, sino también ocasionando un profundo resentimiento y desconfianza frente a lo que viene de “afuera”. Esto por las demandas incumplidas. Por eso hay una fragilidad en los actores locales. No hay una correlación de fuerzas por la memoria pro derechos humanos. Y sus preocupaciones están más centradas en el trabajo, sostenibilidad y desarrollo de obras de infraestructura, servicios y proyectos productivos.


Familiares de las víctimas en la inauguración de la Casa de la Memoria de Huamanquiquia. Foto de Renzo Aroni. Diciembre, 2006.

Después de cuatro años de su inauguración, este lugar de memoria ya es un lugar de olvido. La apertura del recinto como un lugar de remembranza para las víctimas y para las futuras generaciones, no alcanzó su función pedagógica de trasmisión de memoria de las experiencias de la violencia política. La gente del lugar refiere que desde su inauguración fue descuidado, nunca recibió visitas, pero siempre fue frecuentado por adolescentes y jóvenes que convirtieron el lugar como punto de encuentro para sus diversiones jocosas. A veces suele ser un mirador para una tarde de pasatiempo; otras, un lugar de encuentro para una noche de amoríos. Del mismo modo sirve para inscribir los nombres de las parejas y expresar sentimientos sexistas de amores y desamores. Esto es lo que expresan los grafitis inscritos en las paredes del recinto: “Martha y Rubén sate [penetra] aqué en la noche el día miércoles”; “Rosa y los Taquires [apellido de la familia Taquire] acachamos todos”; “Griselda con Mario… cuando leas no te amargues”; “Griselda es una mierda tarada”; entre otras frases.


Una de las inscripciones en la pared del recinto. Foto de Vicente Cueto. Noviembre, 2010.

A veces es un lugar para una noche de embriaguez, nos dice un poblador joven. Así vemos las botellas descartables por dentro y afuera. Finalmente, a futuro será un lugar de depósito para los materiales de trabajo, nos anuncia un empleado de la municipalidad.


La casa de la Memoria de Huamanquiquia. Video de Jess Varat. Agosto, 2009